viernes, 30 de noviembre de 2012

Un cuento entre todos

Hoy quiero proponerles realizar una historia entre todos. ¿En qué consiste esto? Comenzaré escribiendo yo, y seguirán ustedes. Vamos, ¡anímense!

Un tarde de verano, cuando Juan estaba yendo al liceo, notó que alguien seguía sus pasos. Los nervios lo apresaron y comenzó  caminar más de prisa. 
Cundo no soportó más la fea sensación que lo asaltaba, se dio vuelta y vaya sorpresa que se llevó...

Ahora les toca a ustedes. :)

5 comentarios:

  1. ... era su amigo que lo estaba alcanzando para ir juntos hacia el liceo.
    -Vaya que susto me has dado- le dice Juan a su amigo.
    -Lo siento, es que no me he dado cuenta de decirte que venia detrás tuyo- le contesta Pablo algo burlón.(...)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. _No, bueno. Lo mismo de siempre. Los pies, destrozados. Encima el calor, ¿lo notaron?, se siente como un puño en la cara.
      -¿Pablo?
      _¿Qué?
      _Te estas poniendo verde, los ojos... parecen...- dijo Juan, para luego cayarse. En ese momento,haciendo ruido se acercaba una moto.

      Eliminar
  2. Era una mujer con el cabello suelto, envuelta en un abrigo negro, tenía los labios pintados de rojo, estaba como huyendo de alguien, se miraron, y ella dijo: "Déjame caminar contigo, de tu brazo, por favor, creo que me estan siguiendo".. ella lo miró con un gesto de ruego, luego, caminaron juntos, aprisa.... como llevados por el viento....

    ResponderEliminar
  3. Juan avanzó, y explotó el caballo. Quedó cubierto de chocolate caballozo. Peeeeeero, el caballo seguía vivo. Le efectuó un disparo en el pecho con una chupetinarma, y fin de la historia. El caballo explotó, Juan también y tú lo vas a hacer dentro de 38 segundos. Despídete de tu familia, mientras tengas tiempo. Me gusta el arroz.

    ResponderEliminar
  4. Se encontró con una jovencita, con una sonrisa de punta a punta. Llevaba el pelo bien cortito.
    -Hola, wapo. Me llamo Romina.
    Juan la miró y le sacó la lengua. En eso apareció un joven bajito y robusto, de pelo enrulado y de color negro.
    -Bobo. Es mi novia. Discúlpate con ella.
    Juan lo tomó por el ombligo, comenzó a revolearlo por el aire y se lo arrancó. Federico salió gritando, dejando a Romina a su suerte. Romina gritó y le propinó una patada en las costillas. A Juan. Sí. Ajá. Y explotaron todos. Fin.

    ResponderEliminar