jueves, 6 de septiembre de 2012

5º capítulo de mi novela


Luego de almorzar le pedí la caja a Rodrigo. Era negra y pequeña.
Intenté abrirla, pero no pude. Le pedí ayuda a Lía, que sí pudo abrirla.
Había una serie de fotos que no fueron reconocidas en el primer momento, pero luego de determinada observación un escalofría nos recorrió el cuerpo.
Lía comenzó a gritar,  mi rostro palideció y me sentí mareada.
Rodrigo reía como un loco al ver nuestras expresiones.
-¿Qué hay ahí que ponen esas caras? - preguntó.
No hubo respuesta.
Lía salió corriendo y, olvidándose de la alfombra que se encontraba al borde de la escalera, tropezó y rodó por los escalones.
Rodrigo corrió en su ayuda mientras yo seguía presa del terror.
Al sentir aquel escándalo vinieron los demás.
Los chicos ayudaron a Lía, que lloraba. No estaba segura si era por miedo o si era por dolor.
 La sentamos en unos de los sillones y la descalzamos. Su tobillo no parecía humano por la hinchazón. Se había torcido el tobillo.
Cuando Lía estuvo más calmada, les mostré las fotos a los demás. Todos quedaron asombrados, menos Rodrigo que era escéptico.
Las fotos que contenía la caja eran nuestras. Pero no eran fotos comunes, habían sido tomadas  en aquella casa, algunos desempacando, otros dormidos. No sabíamos cómo ni cuándo fueron posibles ser tomadas aquellas fotografías, ninguno de nosotros había llevado cámara.
Pero eso no fue lo que nos realmente nos asustó.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario